P. ROSA


Es la cara de un niño transparente, azulosa, Como si entre los músculos y la piel de la cara una napa de leche lentamente rodara. En ella solamente la boca es una rosa. 

Y detrás de ese cutis de lavada azucena Otra cara se esconde, fuertemente esculpida; Es aquella del hombre que le ha dado la vida Y se mueve en sus rasgos y los gestos le ordena: 

Mira con inocencia y es dura su mirada. Su sonrisa es tranquila y en el fondo es taimada: Hay huellas en la fresca ternura de su pulpa. 

Ya en la boca se pinta la blandura redonda Que dan los besos largos y en su nariz la honda Codicia de la especie. 
¡Y carece de culpa! 

A.Storni